El Objetivo es Uno Mismo

19 septiembre 2010 ·

Una milenaria práctica ritual de Japón –el kyudo– es lo que más se ajusta al sentido de esta columna. El “camino del arco” [kyudo] implica dar el blanco con un arco y fecha no convencional, en donde el blanco y la meta es el propio tirador. Si uno cree que ello se logra con una simple práctica, tal como muchas veces los occidentales pensamos hasta para la resolución de las cosas importantes, nos estaremos equivocando. Porque no se trata de dar en el blanco aparente sino acertar en lo profundo del espíritu. Y esto demanda mucho tiempo y esfuerzo.

Esta introducción sirve, entonces, para darnos cuenta de lo substancial que es dedicarnos a pensar en nuestro proyecto personal, profesional o social: ¡O en los tres en forma simultánea!

Ante el vértigo del ritmo de vida diario y las demandas a las que estamos expuestos en la vida de relación, muchas veces reducimos nuestro proyecto personal a un plano de segundo o tercer nivel, cuando de lo que se trata es algo que es vital y trascendental. ¿Por qué? ¡Por ser una pieza clave de la vida!

En el ámbito universitario uno observa, muchas veces, que gran parte de los alumnos que llegaron a la meta final no están motivados, o lo que es peor, ni interesados en seguir la profesión. Pero, además, tampoco tienen en claro qué hacer. Ello nos dice, entonces, que el contar con un proyecto personal es el mejor reaseguro y antídoto para no caer en la frustración o reiteración de un mismo error.

Pero este ejemplo de la realidad nos sirve, además, para darnos cuenta que todo debe comenzar en uno mismo. Quizás para la compra de una vivienda o el cambio de un automóvil se le dedica un tiempo y planificación adecuados, por la importancia que ello tiene y la inversión que demanda. Con más razón se justifica trabajar, con profundidad y dedicación el proyecto personal, porque lo que deseamos ser y alcanzar es algo que le compete a uno mismo: Nadie lo hará por nosotros, porque simplemente no le interesa ni es su vida la que está en juego.

También puede verse, frecuentemente, que la mayoría de las personas que buscan un empleo lo hacen, por cierto, para poder enfrentar sus necesidades y gastos. Pero muchos se quedan sólo en ello, es decir, que si el sueldo es razonable y la tarea asignada no es compleja ni exigente, todo está bien. Y así van transcurriendo los días de su existencia.

En contrapartida, aquella persona que tiene un proyecto personal e incluso sabe que para su objetivo es vital ir posicionándose paulatinamente como marca personal, asumirá la tarea asignada como parte de la meta que tiene previsto alcanzar, siendo el abordaje y motivación totalmente diferentes al caso anterior. Además, no estará pendiente del eventual plan de carrera que en algún momento la empresa pudiera considerar, por la sencilla razón que es él mismo quien lo viene haciendo en función de su objetivo.

¡Para evitar que sean los otros quienes manejan y disponen del tiempo de uno, es fundamental tener un proyecto personal. Gracias a ello Tu Marca Personal tendrá un sentido y reconocimiento, porque partió del objetivo que sólo uno mismo tiene en claro!


José Podestá

 

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