Confiable Versus Agresivo

13 enero 2014 ·

El ser humano, como individuo, es un reservorio de habilidades-talentos del cual no todos tenemos plena consciencia de ello. Pero si tenemos que resumir en dos tipologías las cualidades o exteriorizaciones de una persona –incluso como empleado o profesional– seguramente que optaríamos por las que expresan proactividad y anonimato.

Los unos y los otros

Con ello estamos expresando una mera simplificación porque, en realidad, el ser humano es sí mismo un misterio, con todo lo que ello implica; y si tenemos alguna duda de ello, veamos cómo la gente –incluso uno mismo– reacciona frente a un suceso extraordinario o en las cosas de todos los días. Pero cuando se necesita estudiar el comportamiento en la sociedad –tema de interés central de los sociólogos– se recurre lamentablemente al encasillamiento en distintas tipologías. De todas las que uno se pueda imaginar, hoy hemos optado por dos que suelen tener bastante consideración en el ámbito de las organizaciones.

Muchas veces las búsquedas resaltan que el postulante debe ser una persona proactiva y agresiva, en el buen sentido de la palabra. Con ello la empresa buscará asegurarse poder contar con una persona que muestre plena autonomía, autoridad y carácter en su estilo y proceder. Hasta aquí no debería ocurrir conflicto alguno, siempre y cuando este perfil cuente con un equilibrio emocional interno. Sin embargo, ello no siempre ocurre.

Este perfil suele integrase muy bien cuando la cultura de la organización está en sintonía con ello. Pero a veces la empresa opta por dar un salto por elevación, porque lo que busca es producir una situación bisagra interna para “movilizar” al personal de esa área. Y es aquí cuando las cosas comienzan a complicarse, porque el directivo en cuestión incorporado con ese perfil comienza a generar tensión, frustración y una eventual caída en la productividad, porque el personal lo rechaza tal como si fuese un elemento extraño. ¿Cuál es la lectura de esta situación? Que el cambio interno no necesariamente debe estar en manos de un “salvador” sino en la claridad estratégica, comunicacional y de objetivos que la empresa pretenda generar.

La situación es muy distinta cuando la organización ha privilegiado el perfil de seres confiables, porque ello encierra hasta atributos morales. Si la empresa es el resultado de las personas que la constituyen, este atributo no es poca cosa. ¿Por qué? Porque es más fiable para el logro compartido y transversal de consensos y porque cada uno está concentrado en hacer lo mejor, con el beneficio que esto tiene.

Evitando los extremos

Por lo general se cree que en la medida que se logre un cierto antagonismo se puede acceder a mejores resultados. Esto es tan falso como la postura psicológica que reinó, durante décadas en la segunda mitad del siglo XX, en la que se sostenía que al personal había que “presionarlo” y generarle hasta un cierto grado de inestabilidad-inseguridad laboral como “técnica” para mantenerlos cohesionados en sus puestos de trabajo. ¡Qué tal!

Si bien todavía hay algunos empresarios y directivos que creen en lo mismo, es bueno que sepan que si persisten en ello hasta podrán llegar a poner en riesgo a la organización.

¡El portador de Tu Marca Personal privilegia el equilibrio entre la gestión y la relación, porque de ello surgirán la estima y la percepción de valor que los otros se formen de él!

José Podestá

 

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