Algunos individuos suelen entusiasmarse con el
Personal Branding porque creen que es un recurso muy bueno para buscar trabajo.
Pero al enterarse que no es así y que, en cambio, tiene que ver con el proyecto
personal y de vida –sea en el ámbito de las organizaciones, como emprendedor o
profesional– la decepción suele ser mayúscula.
¿Qué
nos dice la realidad?
Básicamente, dos cosas:
a.
Existe una percepción errónea
Muchas veces estamos
tentados en probar lo nuevo o no tan nuevo –sea, por ejemplo, por
desconocimiento de su existencia– como último recurso para lograr por ese
camino lo que no se pudo alcanzar con las técnicas clásicas. Por supuesto que
luego suele sobrevenir la reiteración del fracaso, porque no se trataba de la
herramienta adecuada. Pero como el ser humano es muy proclive a no aprender de sus propios errores sino
de intentar sobreponerse al mismo criticando al recurso o técnica empleada,
termina en este caso generando una corriente de opinión negativa hacia el
Personal Branding.
b.
El Posicionamiento no es el correcto
Esto les vale, parcialmente, a los profesionales del
Personal Branding. ¿Por qué? Porque a pesar del marketing de difusión realizado, no han podido establecerlo
sólidamente en el mercado.
Sin embargo, aquí no estamos solos. Un porcentaje
importante del posicionamiento ineficaz proviene de los públicos interesados en
el Personal Branding que, al poco tiempo de ponerse a trabajar en su propia
interioridad, habilidades o talentos ocultos, terminan abandonando el barco rápidamente. ¿Por qué? Porque sienten que se
les mueve sus estructuras internas, al aflorar aspectos de su ser que no están
dispuestos a procesar o modificar. Y porque les cuesta poner en blanco y negro lo que aspiran a ser en la vida y cómo deberían
ser los pasos a seguir –entiéndase esfuerzo personal– para alcanzar su visión.
Esta deserción, que implica entre otras cosas
renunciar a ser en la vida el artífice y el protagonista de su propio destino,
no ayuda a la difusión del Personal Branding. Luego, esta carencia termina impactando
y reduciendo la base de fans del
Personal Branding, como así también la posterior difusión del boca-a-boca.
El
rédito del perseverante
Pero la realidad suele ser muy distinta y más gratificante
para aquellos que trabajan en su Personal Branding. Éstos han comprendido y
están además persuadidos que para ir evolucionando en la vida se necesita tener
una estrategia y un plan de acción, a partir de su proyecto
personal.
De esta forma pasan a ser los constructores de su
propio camino, con todo lo que ello implica: sorpresas imprevistas,
satisfacción por los avances concretos, críticas provenientes de los mediocres de siempre, estima por parte
de los que valoran el coraje, la creatividad y la pasión puesta en el hacer y
el brindar, etc.
Todo lo que a uno le va sucediendo no es otra cosa que los
avatares de la vida misma. Pero con una gran peculiaridad: es la persona la que
está desarrollando y orientando los sucesos que aspira a que se den en su vida
en tiempo y forma, y no al revés.
Ya lo hemos dicho en otras oportunidades: El Personal Branding no es para todo el
mundo sino para aquellos que deciden ser protagonistas proactivos de los
sucesos de la vida, porque en ellos tiene depositados el desarrollo de su
futuro laboral-profesional.
¡El portador de Tu Marca Personal se
distingue del rebaño no sólo por la imagen y valoración que proyecta en su
mercado objetivo, sino por estar mejor preparado para el cambio y las crisis!
José
Podestá