El Promedio, Una Inmoralidad

06 mayo 2018 ·


Los que se interesan por el Personal Branding no son para nada entusiastas de llegar a ser considerados personas promedio. Con ello me estoy refiriendo al conjunto de herramientas que permiten hacerlo –como el CV y los test– para luego poder concretarlo en el encasillamiento grupal de personas.

Desde la mirada de los que recurren a estas herramientas, por supuesto que no está mal llegar a formarse una primera impresión de las cosas; más aún, hasta lo consideran básico y necesario para luego poder avanzar en aquellos casos o situaciones que valen la pena investigar o considerar. Pero desde el lado del que pretende llegar a ser tenido en cuenta por sus condiciones y potencial, no deja de ser una mortificación y frustración. ¿Por qué? Porque llega a intuir que en la forma de cómo está “formateado” el formulario de CV que debe completar a título de presentación, lo están obligando y condicionando a “encasillarse” dentro de la legión de los “promedios”.

Ganadores y perdedores

El que implementó la herramienta “cree” que con ella gana tiempo y “dinero”, porque así puede comenzar por citar y entrevistar a todas aquellas personas que solicitaron la más baja pretensión salarial. Por supuesto que en la lista de perdedores quedaron todos aquellos que cuentan con las mejores condiciones y habilidades –tal como lo establece el puesto en cuestión– pero no tuvieron el espacio ni la forma de poderlo expresar.

Así estaría reflejada la aparente situación, pero lo cierto es que el resultado es exactamente el inverso. ¿Cómo ello es posible? ¡Muy simple!:

- El aparente ganador es el que pierde, porque su herramienta  –en este caso el tal requerido CV– sólo lo conduce a rodearse de personas promedio, al que los retribuirá con sueldos también promedio.

- El postulante de “valor” es el que gana, porque al verse excluido por la perversa selección que ostenta esa organización, se ha evitado perder “su” tiempo como “uno más” de un “rebaño” promedio que, en esas circunstancias, poco y nada contribuiría en el desarrollo de su Personal Branding.

Lamentablemente este paisaje se replica en las magras condiciones de contratación a las que hoy se ven expuestos los jóvenes, como así también los inmigrantes que por razones coyunturales y de irresponsabilidad institucional, se vieron obligados a migrar de su patria.

No somos “promedio”

Si bien desde lo anímico-espiritual el ser humano necesita estar “bien parado” para poder mantenerse en el “centro” de su individualidad, no por ello es válido, ni justo, ni ético, el que “otros” pretendan resumirlo en un promedio, junto con sus pares. Justamente porque somos personas, no animales ni objetos de categorías similares.

Por supuesto que abundan las organizaciones que optan por considerar al empleado, ejecutivo o profesional como “recurso” o “capital humano”. Pero también es cierto que existe una nueva “generación” de directivos y ejecutivos que cuentan con una actitud más humanista y de valoración-respeto hacia sus prójimos, ocupándose desde sus organizaciones por hacer las cosas de diferente manera.

También es otro dato positivo el surgimiento de nuevos emprendimientos –quizás como efecto-rechazo a la institucionalización del “promedio”– que se interesan por contratar personas con talento para sumarlas a sus proyectos, permitiéndoles poder así desarrollarse y “crecer” no solamente en lo económico, sino también como personas comprometidas por lo social, ambiental y comunitario.

Lo expresado no se limita exclusivamente al ámbito organizacional. Vale también para los profesionales que brindan sus servicios a terceros. Seguramente que ustedes tienen ejemplos de “profesionales” que bien les vale el mote de “promedio”, por la forma básica y poco comprometida de su labor hacia sus prójimos. Los podemos también ver en aquellas organizaciones de salud atendiendo, con desinterés y sin motivación alguna, a sus pacientes. Así y sin darse cuenta están “alimentando”, a la inversa, a su Personal Branding.

Qué nos dice nuestro Yo

El ser humano tiene una misión y un compromiso ante la vida. Para ello “decidió” venir al planeta Tierra; sus padres no sólo fueron los que lo hicieron posible, sino que también le impulsaron la herencia apropiada para su destino. Así como hay quienes no se dan cuenta o “no quieren darse cuenta” de ello, hay otros que para nada necesitan que alguien se los recuerde, que les digan lo que tienen y deben hacer, o peor aún, que pretendan resumirlos a un “recurso humano” factible de “monetización”.

Entonces, de lo que se trata es de tener en claro el norte al cual se desea llegar –para ello se deberá escuchar la voz interior– tomar las riendas de la vida y obrar en consecuencia. Porque, en definitiva, es mucho mejor equivocarse a veces en lo que uno hace –es parte del aprendizaje natural– que estar bajo el arbitrio de gente que poco y nada les importa ni mucho menos les interesa el desarrollo de las personas.

¡El portador de Tu Marca Personal es “capitán” de su propio destino, motivo por el cual se ocupa por estar atento a las inclemencias del tiempo que en el trayecto de su vida deberá afrontar, para así poder llevar adelante su vocación puesta al servicio de sus prójimos!
José Podestá

 

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