Transparencia y Reputación

20 mayo 2018 ·


Tanto en los medios de comunicación como en los eventos relacionados con el área de personal, uno suele escuchar por parte de las organizaciones que “no hay suficiente talento” en el mercado. Sin embargo no es tan así. En realidad, lo que viene ocurriendo es que las nuevas generaciones tienen sus reparos, porque perciben que muchas compañías cuentan con un historial al que no desean adherir ni compartir.

El Personal Branding como un activo

La realidad mencionada se viene manifestando desde hace varios años, de parte de muchos empleados que no tienen ningún “temor” en manifestar, a través de las redes sociales, las políticas y conductas que llevan a cabo algunas compañías.

En la medida que una empresa no sea un buen lugar para trabajar, difícilmente podrá sumar a las personas con talento. ¿Por qué? Porque la falta de transparencia y reputación en las organizaciones no se suple necesariamente con una “atractiva remuneración”, tal como suponen muchos “empresarios”.

Siendo la organización una comunidad de personas que en forma mancomunada se unen y participan en pos de un proyecto, a cada una de éstas les importa lo qué hacen y cómo lo hacen, porque, en definitiva luego terminarán impactando en sus respectivos Personal Branding.

De allí que ante la crisis de confianza sin precedente hoy en el mundo, sumada a la posverdad o mentira emotiva reinante, la información haya perdido su peso relativo. No sorprende, entonces, que desde su fundación en 1998, Google logre que más de la mitad de sus nuevos empleados ingresen como “referidos” de personas que ya trabajan en la empresa; en algunos años llegó a superar el setenta por ciento, a pesar del avance de la inteligencia artificial.

Es por ello que la reputación, a pesar del avance de la tecnología, pasó a ser mucho más importante que la información, incluso en las redes sociales. En LindedIn, por ejemplo, todos comparten sus impresiones sobre las diferentes culturas de trabajo, y al momento que un postulante toma la decisión, la reputación, más que la información, es la que determina su elección.

Entonces, para aquellos que les importa desarrollar y posicionar el Personal Branding como un activo deberían tener en cuenta, entre otras cosas, lo siguiente:

- La transparencia cultivada en “tu” proyecto laboral y profesional es un factor clave. De allí que se le preste cada vez más atención a la reputación de la organización, en relación a lo que uno aspira trabajar o en los servicios a brindar.

- El desempeño profesional hace al cincuenta por ciento restantes. En la medida que la persona no sea eficaz y eficiente en lo suyo, percibirá también una merma “real” de la reputación entre sus pares o ante la comunidad profesional.

- El proyecto laboral y profesional tiene también un trasfondo social. No es un fin en sí mismo para el simple logro de una mejora económica o de poder, ni tampoco se agota en ello.

- El Personal Branding tampoco es un fin, sino el resultado del reconocimiento que los “otros” –tus prójimos– te brindan a raíz de tu aporte y contribución. También es “atemporal”, como es el caso de todos aquellos que son recordados a través de la historia. Tampoco se constituye necesariamente es un activo “exclusivo” de los que han realizado grandes hazañas en la vida; también vale para la inmensa mayoría de individuos que brindan pequeñas contribuciones a través de su oficio o servicio.

- De lo que se trata es de ser una persona honesta, veraz, humilde y capaz de generar “confianza” en los demás.

¡El portador de Tu Marca Personal no se ocupa por anteponer la reputación  y la transparencia en su obrar, porque éstas directamente afloran y fluyen desde la actitud, el compromiso y la responsabilidad que caracterizan el hacer que brinda a sus pares y a la comunidad!
José Podestá

 

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