Toda trayectoria va dejando una señal en el camino.
Le sucede al ser humano pero también a las cosas; un barco que surca los mares,
un avión que vemos en el cielo, una carreta en tiempos de nuestros antepasados.
Creemos
en lo que vemos
En la presente sociedad regida por las imágenes,
tenemos la tendencia a creer en la evidencia de lo que perciben nuestros ojos.
De allí el conocido eslogan: “Las apariencias cuentan”. Pero... ¡cuidado! No es
tan así, porque a lo que vemos le estamos agregando –sin darnos cuenta– los
pensamientos y los preconceptos que tenemos de ello. Con lo cual estamos
siempre ante una realidad a “medias”. Aquí vale entones el refrán que nos
advierte acerca del engaño de las apariencias.
Si dudamos de ello, aquí van unos ejemplos:
- Una camarera excesivamente maquillada en un bar
localizado en un suburbio.
- Un plomero o fontanero que se presenta a trabajar
con un traje de Armani.
- Un médico cirujano que ingresa en el hospital con
un “look” punk.
Si bien son ejemplos bien desopilantes, muchas veces
nos encontramos con personas –incluso en las selectoras de empleos– que brindan
de entrada una apariencia de “rechazo”, con lo cual no logran satisfacer las
expectativas visuales.
En el otro extremo podemos encontrarnos con personas
que son realmente brillantes, pero que sin embargo no logran ser exitosas en su
carrera. Lo que muchas de estas personas suelen tener en común es que no han
comprendido el grado en el cual su estilo personal es un factor determinante de
su valor percibido –no necesariamente su valor real– sea en la organización en
donde se desempeñan o en su ámbito profesional. Concretamente, han omitido
hacer visible sus valores profesionales a través de su estilo personal;
irradian un Personal Branding “subdesarrollado”.
Si este fuera tu caso, además de ser competente en
lo que haces, debes también ocuparte de la “calidad” de la huella o marca que
vas dejando en tu obrar.
No
se trata de “marketing aplicado”
En la mayoría de los libros que se ocupan del
Personal Branding –incluso a nivel de especialistas y consultores– existe la
“obsesión” de trasladar o replicar algunas de las variables del “marketing mix” en quienes están interesados
en el posicionamiento y el desarrollo de Tu Marca Personal.
Si eres un lector frecuente de este blog, habrás
descubierto que no es nuestro caso. ¿Por qué? Porque como individuos únicos e
irrepetibles, estamos sujetos a “condicionamientos” que tienen que ver con la misión y el destino asociados a nuestra existencia y biografía, motivo por el
cual no se trata de “pintar y copiar” sobre la persona algunas de las
herramientas que han sido desarrolladas para la comercialización de bienes y
servicios.
Todo ser humano debiera tener un proyecto vinculado
con el qué y el para qué está en la Tierra; la aludida misión. Esto es lo primero que uno debe preguntarse y responder con
total sinceridad, porque nos permitirá tener en claro que no todos debemos ser,
por ejemplo, un héroe mediático, un súper millonario o un profesional “estrella”.
Quizás lo concreto es que deba ser una persona de bajo perfil que lleva
adelante un oficio, con profunda dedicación y entrega.
Esto ya nos dice también que el Personal Branding no
es un “don” exclusivo y reservado para la gente famosa que hoy podemos ver en
nuestro derredor. También vale para todos aquellos que, aparentemente, no son
tan “exitosos” pero que, sin embargo, están dejando una huella significativa en beneficio de sus prójimos.
Como puedes ver, aquí no hay marketing alguno, sino
un compromiso de entrega en aquello a lo que cada uno ha sido llamado. No hay
impacto ni sorpresa “planificada”, tal como un marketer logra al implementar y capitalizar una campaña
publicitaria acorde con el target o público objetivo.
Tampoco necesitas trabajar la “visibilidad” de tu
persona, porque lo que construye el Personal Branding en el tiempo no es el
impacto, sino la “huella que vas
dejando en la percepción de tus pares, en la comunidad y llegado el momento, en
la historia. Al respecto, ninguno de los seres humanos que recordamos por sus aportes
lo hicieron a través del marketing –simplemente porque no existía– sino gracias
a la vocación, a la entrega y el
coraje que caracterizó el obrar en sus vidas.
¡El portador de Tu Marca Personal es un
entusiasta del proyecto que diariamente lleva a cabo, porque responde al sentir
que anida, emana y vibra desde su ser interior!
José
Podestá