Marca Grupal

24 junio 2012 ·

Occidente ha venido aprendiendo, básicamente de Japón, los procesos anticipatorios de gestión de empresas y del personal. En el caso específico de los empleados, las diferencias son abrumadoras, como así también el alto sentido de lealtad y pertenencia. Sin embargo, cuando ellos se instalan en cualquier país occidental, son los primeros en saber adaptarse a las consignas, normativas y cultura establecidas.

El equipo suma valor

A pesar de que el modelo occidental privilegia el individualismo, el logro de objetivos y el resultado de corto plazo, no termina en la práctica de calificar satisfactoriamente. ¿Por qué? Porque sus consecuencias y resultados han llevado a muchas empresas a dejar de lado la estrategia, para terminar cometiendo serios errores operativos.

En el contexto actual, caracterizado por la práctica exacerbada del Me Too y la sobreoferta de productos-servicios, más que nunca se necesita que toda la organización tenga bien en claro el qué y el para qué hace lo que hace. Es decir, que la estrategia no sólo integra el corazón de la empresa –junto con el empleado y el cliente– sino que pasó a ser la “materia prima” de la gestión de la organización misma y de sus empleados.

Esta práctica inteligente de gestionar estratégicamente a la organización, si bien no brinda los beneficios derivados del proceso que caracteriza el trabajo de los empleados japoneses, intenta al menos paliar la situación. Mientras tanto, los japoneses avanzan trabajando en red y co-creando conocimiento para la organización.

Es habitual escuchar en occidente que para ser sustentable la organización debe contar con un flujo continuo de ideas y mejoras, para poder sobresalir competitivamente del contexto. En Japón, gracias por estar integrados en redes multisectoriales, el empleado tiene la posibilidad de ir asimilando un conocimiento transversal, generando y aplicando nuevas soluciones.

No en vano la mayoría de las empresas japonesas de la industria automotriz ostentan un nivel de productividad y eficiencia superlativo, mientras que en los Estados Unidos las empresas del mismo sector se encuentran, sensiblemente, por debajo del estándar.

Aprendizaje grupal permanente

En occidente también se habla de la necesidad de sumar valor a todo lo que se hace. El empleado, al respecto, siente que sobre él han puesto una sobrecarga que no todos pueden soportar y, muchas veces, ni entender. Además, no es lógico ser altamente dependiente de los resultados individuales en épocas en donde todo tiende a resolverse y hacerse en equipo.

Hoy la empresa, frente a la velocidad del cambio, no dispone del tiempo adecuado para lograr resultados a través del mero esfuerzo individual. Los japoneses han mostrado, desde hace décadas, que existe una manera diferente para acceder a una gestión de excelencia. De allí que les importa poder contar con un perfil de empleados inteligentes y comprometidos –no recursos humanos– al que hay que estar predispuestos remunerar y desarrollar.

¡Para el portador de Tu Marca Personal no es suficiente hacer las cosas muy bien. Se necesita, además, ser parte de un equipo de personas heterogéneas que tengan, en claro, los beneficios del compartir y sumar!

José Podestá

 

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