Así como hay personas que son más creativas y
productivas trabajando solas, también están las que necesitan del otro para
potenciarse y llevar a cabo sus propuestas con un aceptable grado de solvencia.
Entonces, uno bien podría preguntarse: ¿Cuál de las dos tipologías es la más
conveniente y satisfactoria? Sin dudas, las dos. ¿Por qué? Porque como seres
únicos e irrepetibles nos hemos ido preparando, desde “antes” de nacer, para llevar
a cabo “nuestra” misión. Y para ello
nos hemos ido formando y desarrollando en pos del proyecto-objetivo personal.
La
diversidad, suma
Uno de los principales problemas del mundo laboral,
generado desde el área de personal, tiene que ver con la uniformidad y la
estandarización de las tareas, además de la fijación de un salario “promedio”
para los puestos en cuestión. Sin duda que el beneficio principal de este
enfoque es permitir tener acotado el costo de estructura del personal de la compañía,
desde el presidente/CEO hasta el cadete; hace al principio de organización y
administración. Pero este enfoque se olvida u omite al actor clave: ¡El
empleado!
Si bien a nadie se le ocurre sumar peras con manzanas,
lo mismo sucede con las personas. Por más que físicamente nos diferenciemos por
géneros, no podemos ser “encasillados” porque nos asiste, en esencia, el “don
de la desigualdad”. Lo que sí podría ser viable en la organización es que ésta
se tome el “trabajo” de establecer familias de individuos, a partir de algunas
tipologías básicas en torno a la personalidad, vivencias anímicas y proyecto
personal.
Como podrán darse cuenta, lo mencionado está en las
antípodas del enfoque meramente estadístico al que la organización pretende
“imputarnos”, para lograr con ello una gestión ágil y ordenada del personal. Es
así como se llega, con justo motivo, a algunas de las consecuencias no
deseadas, como ser:
- Pérdida de productividad.
- Subvaluación del personal, a partir de la tarea y
el salario asignado.
- Clima laboral desfavorable.
- Reclamos sindicales,…
Por supuesto que el tamaño de la organización es un
factor decisivo, porque si cuenta por ejemplo con 20.000 empleados o más,
necesitará aplicar principios básicos y mínimos de administración. Sin embargo,
poco y nada importa la cantidad o el tamaño de la compañía, sino el concepto a
partir del cual ésta lleva a cabo su gestión. ¿En qué sentido?
Tomemos el caso de una empresa conocida por la
mayoría de ustedes: Toyota. Más allá de la cantidad de empleados –cercano a los
330.000– esta empresa se enorgullece en definirse a sí misma como:
- “La
organización que aprende”.
- ¿De quién?
De sus empleados. Pero si éstos estuvieran “encorsetados”, difícilmente
lograrían su objetivo.
- ¿Por qué?
a. Porque en Toyota están ubicados en el “centro” de
la organización.
b. Dominan con sus conocimientos y experiencias.
c. Trabajan en grupos de afinidad, pero étnicamente
heterogéneos. Aprenden “todos de todos”, no del “jefe”. Parecería ser que
Toyota tiene bien en claro el refrán que dice: “El que sabe, sabe, y si no es
jefe”.
d. Las decisiones, sugerencias y cambios parten de
los grupos.
e. El error equivale a un “nuevo” saber.
Por supuesto que hay organizaciones de este estilo
en todos los tamaños que se puedan imaginar, incluso “retailers”, como es el caso del comercio minorista de calzado y
ropa Zappos, en los Estados Unidos, con 1.500 empleados.
Personal
Branding potenciado
Cuando uno es parte de un proyecto u organización
que tiene en cuenta la individualidad de las personas, y saben de acuerdo a su misión qué es lo que a la persona le
importa hacer, con lo cual el “contenido” que luego ésta va incorporando en
“su” Personal Branding pasa a ser superlativo, con relación a lo que otros
logran sumar trabajando en una organización “estadísticamente” estructurada.
Pero como decíamos al principio, como individuos y atento a su conformación anímica,
es en definitiva la persona la que optará por el espacio más amigable que le permita consagrar su
realización.
¡El portador de Tu Marca Personal necesita también
del espacio-lugar adecuado para desarrollar su misión en la vida, motivo por el
cual difícilmente optará resignarlo por dinero, porque sabe que con ello no
sólo estará traicionando su propio destino, sino dejando fuera a todos aquellos
que necesitan de su impulso para alcanzar, también, sus propios objetivos!
José
Podestá