Quienes son lectores de estas columnas ya están
alertados acerca de mi punto de vista sobre la obsoleta herramienta más
uniforme a la que está obligado someterse todo postulante a un trabajo. Me
refiero, por supuesto, al curriculum-vitae/CV.
Si bien se trata de algo muy “práctico” para las
selectoras de personal, al obligar o exigir a toda persona que se resuma en
base a una batería de preguntas o casilleros estandarizados, los encargados de
la selección dejan así de considerar a los individuos valiosos. Más aún, ni se
dan cuenta de ellos porque, además de no llegar a verlos en la etapa del envío
del CV, quedaron también encuadrados
dentro del rebaño de personas que
responden de un modo similar y uniforme.
No
todos lo hacen por igual
Por supuesto que los postulantes más rebeldes al CV
le buscan una salida creativa, que no siempre es bien recibida por las
selectoras. Algunas de ellas llegan a pensar, frente a las propuestas diferenciales,
que la persona hizo gala de una informalidad que bien podría “ocultar” motivaciones
rebeldes.
De todo ello surge mayoritariamente una
interpretación negativa. ¿Por qué? Porque las selectoras vienen haciendo su
oficio prácticamente en piloto automático y dentro de un enfoque cerrado. En
consecuencia, todo aquel que pretenda sobresalir es sospechado de haberlo hecho bajo un impulso o actitud aparente de
figuración.
Por lo general, las racionalizaciones o pretensiones
para disciplinar a los jóvenes postulantes lo único que producen es:
- Generar desinterés por el trabajo en relación de
dependencia.
- Rechazo hacia las normativas que privilegian los
estereotipos formales, que hoy no son para nada decodificados por los jóvenes
como algo de valor.
Por supuesto que los nuevos postulantes tienen en
gran medida algunas carencias estructurales, como ser: mala redacción y
ortografía, dificultad oral para expresar sus ideas, mantener el compromiso y
asumir responsabilidades. Estas debilidades son fruto de lo que no han podido
recibir o incorporar en sus hogares y en la escuela, además del bajo nivel
personal de lectura.
Persuadir
y motivar
Cuando la oferta laboral no está preparada para dotar
a la organización de personas capaces de hacer viable su misión, de poco y nada
le servirá el CV. ¿Por qué? Porque el currículo dejó de ser la herramienta que
en el ayer, y en otro contexto, servía para ponderar a los candidatos que
tenían, mayoritariamente, buena formación y potencial para el puesto requerido.
Así como el mundo académico debió aggiornarse en la captación de alumnos e
incorporar cursos de inducción a la vida universitaria –totalmente innecesarios
en décadas pasadas– lo mismo tienen que hacer las organizaciones que necesitan
de las personas adecuadas. Aquí el mayor esfuerzo e inversión le cabe al área
de Capacitación y Desarrollo; es la encargada de revertir las carencias de las
personas, de persuadirlas para que descubran que el proyecto vale la pena y
motivarlas para que no desistan del intento. Pero si pretenden incorporar a las
personas vía el CV, lo único que lograrán es concentrarse en el rebaño que mayoritariamente no está preparado
para ello.
¡El portador de Tu Marca Personal, al ser un
referente en lo suyo, le cabe también el rol de asistir y “formar” a las
personas que, en algún momento, deberán ocupar su lugar para así poder seguir
avanzando en su carrera laboral o profesional!
José
Podestá