Rotación Eficaz

09 marzo 2014 ·

No me he de referir a la rotación del empleado-ejecutivo dentro de la organización, sino al cambio frecuente que asume el empleado en su búsqueda de realización personal.

En ese sentido, uno de los problemas más frecuentes que enfrentan las organizaciones es la rotación continua. Si bien en el ayer se consideraba que el postulante con alta rotación en empresas era digno de sospecha, por la sencilla razón que no era una práctica bien vista, en la actualidad si el postulante carece de experiencia en diferentes culturas y mercados, puede verse postergado o reemplazado por otro que sí la tiene.

El contrasentido manifiesto

Vemos, entonces, que la organización se disgusta cuando el personal de calidad decide partir hacia nuevos proyectos, pero le importa muchísimo que los puestos clave los ocupen personas con formación y experiencia “global.” Es decir, no le gusta perder para nada a los mejores –a pesar de sus políticas de retención– pero están muy abiertos a capitalizar o “seducir” a determinadas personas que hoy se encuentran llevando a cabo una carrera exitosa en otra organización.

Este tipo de comportamiento no es nuevo. Desde Cristo en adelante está asumido que el ser humano es un signo de contradicción. ¿Por qué? Porque, por naturaleza, somos un misterio más allá de nuestra envestidura de individuo.

El cambio necesario

Si bien no todos logran entenderlo, lo único que no cambia es el cambio, porque en los tiempos que corren es continuo y acelerado. En consecuencia, la persona que en su carrera laboral y profesional se va formando sobre esta plataforma, estará apostando a no descapitalizarse en lo suyo.

Quienes han tenido conciencia de ello, básicamente terminan capitalizando dos beneficios de valor:

a. Son seres competitivos y referentes en lo suyo.

b. Ejercen poder de atracción y respeto en sus ámbitos de relaciones.

El portador de Tu Marca Personal quizás es el que mejor entienda esta realidad. Por tratarse de un emprendedor autónomo, aunque se desempeñe en relación de dependencia, sabe que el conocimiento –tanto teórico como de gestión– es su capital de trabajo, motivo por el cual lo va consolidando sobre la cresta del cambio.

Si bien hay dos actitudes para vincularse con el cambio –la reactiva y la proactiva– la segunda es la que hoy más importa. De ello se habla bastante en las organizaciones, aunque muchas veces vemos cómo algunas líderes se ven sorprendidas por la mencionada velocidad del cambio, y terminan adaptándose reactivamente.

La actitud proactiva, frente al cambio tiene dos manifestaciones básicas:

a. La de anticipación.

Si bien es la más valorada por las organizaciones, sus beneficios no dejan de estar condicionados por la forma en que los otros la terminan adoptando, rápidamente.

b. La de creación.

Es la óptima, porque ya sea por innovación o patentes de invención, su portador se asegura de poder navegar por más tiempo en un océano azul, es decir, libre de las amenazas y la rápida erosión de la rentabilidad.

Cómo se logra

Entonces, aquellos que están auto-entrenados por haber transitado por múltiples proyectos y organizaciones, cuentan con el mejor know-how y expertise para la creación de los cambios necesarios en los tiempos actuales.

Si hoy están desempeñándose en una empresa, de nada vale intentar retenerlos, porque sería como pretender convencer al pájaro que no vuele; y si lo ponemos en una jaula –como la retención– estaríamos atentando contra el impulso de calidad, innovación y de excelencia que se pretendía capitalizar con esa persona: Literalmente, lo estaríamos “castrando,” aunque algunos luego decidan optar por el bonus o algún otro “espejito de color”.

Sin embargo, que no les quede duda alguna: Si han logrado la retención, generaron dos pérdidas.

¡El portador de Tu Marca Personal sabe, muy bien, que lo suyo es la creación continua, por ser el titular de Yo S.A.!

José Podestá

 

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