Seguramente que a nadie le gusta ni mucho menos se
prestaría para ser usado por terceras
personas o, incluso, ser reducido a la categoría de una mercancía. Pero, realmente, ¿estamos seguros que ello no esté ocurriendo?
Así como en las organizaciones se tiende a procesar
y sistematizar el legajo del empleado hasta la instancia de “resumirlo” a un
número de identificación, lo mismo nos sucede cuando somos proveedores o
prestadores de un servicio profesional; aquí pasamos a detentar un código o
número de cliente. Por supuesto que la razón de ello es eminentemente
funcional, práctica y estadística. El problema, en realidad, se inicia cuando
uno pretende hacer un reclamo justificado y lograr ser atendido y escuchado,
alguna vez, como corresponde.
Esta desconsideración hacia las personas es lo que ha
motivado la aparición de organismos de defensa del consumidor que se ocupan por
recepcionar los reclamos y obrar en consecuencia. A pesar de las multas y apercibimientos
que aplican a los infractores, las soluciones tardan en darse, mientras los
reclamos se van renovando y acumulando.
Visibilidad
y redes sociales
Es una práctica muy aceptada en el Personal Branding
que su portador haga sinergia de presencia y visibilidad estratégica en la Web
en general, y en las redes sociales en particular. La palabra estrategia –pensar algo de manera
distinta– tiene aquí su razón de ser, porque le obliga al interesado el tener
que definir previamente la razón y el objetivo de mediano-largo plazo que
aspira alcanzar a través de estas plataformas.
Si bien lo mencionado parecer ser bastante “obvio”,
en la práctica no siempre funciona así. Ya sea por motivos de “urgencia” o
simple desconocimiento, se suele optar por las redes sociales desde lo
meramente “operativo” o “táctico”, pero sin el marco conceptual-estratégico que
lo precise y determine. Con ello la persona se expone, entre otras cosas, a lo
siguiente:
- Utilizar las redes sociales como un genérico, es
decir, sin tener en claro sus respectivos perfiles. Al respecto, no es lo mismo
Google que Facebook. Mientras en el primero podemos lograr respuestas concretas
y de forma anónima, en el segundo –quizás por el “deseo” de poder proyectar una
imagen favorable– podemos llegar a terminar defraudados en el intento.
- Desear lo que otros portadores del Personal Branding
también aspiran. Así, en lugar de profundizar la diferenciación uno termina
moviéndose por un “deseo mimético”, es decir, haciendo y hasta copiando lo que
otros hacen, debido a la ausencia estratégica. Entonces, la diferenciación que
se deseaba construir termina siendo destruida por la competencia creciente que
se produce en el medio. En una red tipo Facebook se termina siendo visto como
uno quiere que lo vean, pero haciéndole una “estupenda” publicidad, ya sea por
el infaltable me gusta o bien cuando
hacemos clic en un enlace o escribimos algo. Concretamente, mientras observamos
a los demás, Facebook nos observa a nosotros y “usa” la información que le
damos para ganar dinero vendiendo publicidad. Nos convertimos, quizás por
desconocimiento y buena fe, en el “usado” que aludíamos al comienzo.
Si bien comparativamente es mayor trabajo, para una
saludable estrategia de visibilidad del Personal Branding en la Web, es mucho
mejor que el interesado disponga de un sitio propio o bien de un blog en donde
pueda desarrollar los temas que son funcionales a su proyecto laboral y
profesional. Las redes sociales, en cambio, tienen una finalidad ajena a lo
singular, a lo particular.
Continuando con el ejemplo de Facebook, su misión es “conectar a las personas” y
“crear comunidad”. Si bien nos “conecta”, lo hace con las mentes afines sin que
nosotros, por lo general, cuestionemos la fuente ni la veracidad de lo que
leemos, precisamente porque lo que leemos tiende a confirmar nuestras opiniones.
Además, Facebook tampoco asume la responsabilidad de sus contenidos. ¿Por qué?
Porque no lo fabrican ellos, sino nosotros; se los redactamos “gratis”.
Entonces, tengamos en cuenta que el negocio es para
las redes sociales. Nosotros, los usuarios, somos la “mercancía” que está en
venta. Así, mientras nosotros observamos a los demás, no olvidemos que la red
social también nos observa a nosotros y usa la información que le brindamos
para ganar dinero vendiendo anuncios.
Lo importante para la estrategia de visibilidad es
trabajar para el posicionamiento y el desarrollo del respectivo Personal
Branding. No necesitamos involucrarnos o “fisgonear” en la vida de los demás,
porque ello no tiene sentido alguno ni seguramente brinde valor agregado a
nuestro proyecto personal. En cambio, sí necesitamos despertar el interés en
todos aquellos que consideran a nuestra propuesta y aportes como oportunos y altamente
valorables, para que luego de sus comentarios u observaciones, podamos nosotros
seguir evolucionando satisfactoriamente.
¡El portador de Tu Marca Personal es un
“rebelde por naturaleza” que, en absoluto, está predispuesto a ser reducido a
una mercancía ni tampoco ser usado para beneficio de unos pocos, porque sabe
que su proyecto y contribución son funcionales con su misión en la vida, y es
lo mejor que puede brindar para beneficio de sus prójimos!
José
Podestá