Si bien los extremos no suelen ser una solución amigable ni estratégica en el ámbito de
las organizaciones, lo cierto es que el management
ha venido migrando en la gestión de personas desde el especialista al
generalista, pasando ahora por el trabajo en redes y con un mayor
involucramiento del empleado en múltiples actividades. Ello no está mal por las
posibilidades de aprendizaje que genera, siempre y cuando no se descuide la
visión de lo que se aspira con ello alcanzar.
La
táctica es posterior a la estrategia
Para que el carro pueda avanzar, el caballo debe
estar adelante. Esta súper obviedad, sin embargo, no se la suele respetar muy a
menudo en las empresas, especialmente en aquellas que:
- Adolecen de un staff profesional; o lo tienen pero
no está capacitado para el cambio ni las crisis.
- Carecen de orientación hacia la estrategia;
privilegian las tácticas y el día-a-día.
- Avanzan como pueden en las turbulencias a las que
están expuestos. Esto los lleva, frecuentemente, a no poder dimensionar
correctamente el problema ni la oportunidad que está oculta en el mismo.
El
sentido del valor
Mientras en el ayer la creación de valor era una “exclusividad” circunstancial que
detentaban los líderes formales de la organización, hoy devino en una demanda
diaria y extendida. Para que se construya es necesario que la empresa cuente
con un perfil de empleados habilidosos y creativos, es decir, lo opuesto del
concepto recurso humano objeto, de encuadre funcional y salarios uniformes.
Cuando en la empresa existe un ambiente de gente talentosa
y heterogénea –incluso de diferentes etnias– el concepto de colaboración pasa a ser vital y clave.
Hasta tiende a ser más pareja y democrática que en el modelo tradicional.
En ese contexto el valor pasa a tener una mayor
significación, porque ya no está resumido y orientado hacia el cliente externo.
También importa mucho el que se genera y brinda para los “clientes internos”
que trabajan en las redes. Para ello se necesita aunar las voluntades de la
organización –tarea vital del líder– a los efectos que en la plataforma
colaborativa fluyan los aportes individuales, en un intercambio fraterno y de
confianza.
Otra innovación del nuevo entorno mencionado tiene
que ver con que cada empleado, en lo suyo, se sienta como un verdadero intrapreneur. Con ello no sólo se
termina dando por tierra al clásico modelo improductivo, dependiente y
relacional de jefe-empleado, por un nuevo paradigma que está poniendo en riesgo
de supervivencia del clásico ejecutivo de Recursos Humanos. ¿Por qué? Porque
tal paradigma –que surgió de la mano del cambio– radica en la posición actitudinal
de trabajar para una empresa en lugar
de estar empleada por ella.
Los
mejores suelen estar afuera
Cuando alguien hoy realiza un comentario en una red
social o se torna en co-autor o colaborador externo –se trate de un prosumer o de un fan– termina sorprendiendo gratamente a la organización. Esto nos
dice algo muy importante: la colaboración
y los multitaskers –personas que
hacen más de una cosa a la vez– hacen al logro estratégico y eficaz de la
visión, porque se trata de personas que se sienten parte del proyecto, aunque
no necesariamente trabajen en la empresa.
¡El portador de Tu Marca Personal, al
posicionarse como Yo SA, se involucra en proyectos que generan valor para el
cliente, al tiempo que va consolidando su carrera laboral-profesional, en línea
con el sentido que ello le brinda a su vida!
José
Podestá