Fuera de Serie

22 octubre 2017 ·

En nuestra vida de relación laboral, profesional y social es prácticamente habitual encontrarnos con personas que poseen habilidades y talentos fuera de lo común. Se trata, en realidad, de “dones” que han traído “bajo el brazo” para llevar a cabo su misión en la vida, aunque no siempre estas personas lo tengan muy en claro.

El condicionante exterior

Del mundo exterior recibimos una infinidad de estímulos diarios que nuestro cerebro luego los termina “seleccionando”, en función de nuestras necesidades e intereses. Si bien se trata tan sólo de un pequeño puñado de información, vale entonces preguntarnos qué pasó o adónde fue a parar el resto: directamente a lo que yo llamo nuestra “mochila personal”, es decir, el inconsciente; allí permanecerán hasta el momento en que bajo el influjo de alguna circunstancia, se “presenten” en nuestro cerebro para su consideración.

Así como llevamos a cabo esta práctica sistemática de concentrarnos y analizar tan sólo aquello que nos interesa e importa, también “creemos” que todo lo que ocurre y se da en el mundo exterior tiene su “lógica” natural. Entonces, es así como luego nos sorprendemos y admiramos el desempeño logrado por fulano y mengano, porque no dejan de ser otro dato concreto de la realidad.

Este tipo de “pensar”, que para algunos es así, sólo nos brinda una información parcial y sesgada de la realidad. A esto le podríamos también sumar la expresión popular de “ver para creer”, tal como si fuera un reaseguro que nos avala y tranquiliza, por ejemplo, acerca de las destrezas de desempeño o performance de una persona. Frente a todo ello cabe preguntarnos, ¿qué debería entonces “pensar” un ciego?

De allí que el condicionante exterior nos ilustra siempre sobre lo “aparente”, pero nada nos dice de los impulsos que diariamente influyen no sólo en nosotros, sino también en los reinos animal, vegetal y mineral.

La razón de la misión

También es un dato de los tiempos actuales –distinto era en la antigüedad– que el ser humano funciona en “piloto automático”, dejándose llevar por las circunstancias de la vida o bien por lo que ésta le establezca o condicione. Así es como muchos terminan “aceptando”, incluso con resignación, lo que les “ha tocado ser en la vida”, cuando perciben que no han podido destacarse demasiado en lo suyo.

Si nos quedamos con la información percibida por nuestros sentidos, también en estos casos estaríamos llevando a cabo una interpretación “parcial”, porque la misma sólo está referida a lo meramente “real y aparente”.

Pero ocurre que nadie vino y tampoco se viene a la vida para hacer lo que ésta –o los “otros”– le “imponga”. Todos llevamos implícito en nuestro ser una misión o propósito a cumplir, la que deberemos indagar y descubrir en nuestro interior. Lamentablemente ello no se lo hace en la medida de lo esperado, pero si esta persona fuera por ejemplo un emprendedor que ha concretado el nacimiento y desarrollo de una organización –empresa, comercio o fundación– seguramente que no habrá omitido redactar desde el inicio la misión, la estrategia y la visión respectivas.

Entonces, no se trata que todos aspiremos ser un fuera de serie, porque lo único que lograríamos con esta actitud egoísta es generar más caos en el mundo. Además, tampoco es verdad que las habilidades y talentos estén reservados sólo para unos pocos. Si bien éstos suelen estar presentes de un modo explícito, también lo están de un modo “oculto”, para que cada uno se ocupe en descubrirlos y desarrollarlos en función a su misión en la vida.

El rol del Personal Branding

Así como en un fuera de serie el Personal Branding es un “activo” que le juega a su favor, esto no significa que siempre deba ser así. ¿Por qué? Porque siempre dependerá de la consistencia que resulte entre las cosas que hace la persona, de cómo las hace y del sentido que todo ello luego tendrá para sus prójimos.

Los que no se consideran parte de los fuera de serie, pero que con entusiasmo, esfuerzo y dedicación van llevando a cabo su proyecto laboral y profesional –perfectamente alineado con su misión en la vida– terminarán capitalizando también los beneficios del Personal Branding. ¿Por qué? Porque lo que están haciendo no es un simple dato de una realidad “aparente”, sino que responde a lo que supieron descubrir en su naturaleza interior.

¡El portador de Tu Marca Personal no le importa el estereotipo que le puedan endilgar, sino el sentido que en definitiva tiene su contribución y obrar, tanto para sus prójimos como para la sociedad en general!

José Podestá

 

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